lunes, 22 de noviembre de 2010

EXPOSICIÓN MATISSE Y LA ALHAMBRA

La exposición de Henry Matisse, ubicada en el palacio de Carlos V (Granada), está compuesta por pinturas, dibujos, litografías y hasta una escultura del artista. También podemos contemplar en ella, textiles y cerámicas típicos del  mundo nazarí, que posiblemente fuese sido las causantes de la inspiración de Matisse. Además de poder leer cartas y postales que el artista enviaba a su esposa comentándole las emociones que estaba sintiendo, el tiempo que hacía, etc.
Sus pinturas son obras en las que el color juega un papel muy importante, puesto que se trata de colores muy puros y vibrantes que llenan de vida sus cuadros. Las pinceladas son muy espontáneas y generan un carácter muy expresivo. También hay que destacar su virtud para deformar el cuerpo humano y a la vez crear ritmos y formas que agradan a la vista del espectador.
Podemos observar una escultura nombrada “estudio de un pie”, la cual me parece fascinante, pues podemos ver como habla por sí solo el material con el que está hecha. Representa un pie flexionado que nos da sensación de movimiento, armonía y estabilidad. En él podemos ver sus conocimientos anatómicos aunque el pie no esté tratado con total realismo. Podemos apreciar perfectamente como se ha depositado la materia y como ha sido tratada.
Otras obras a destacar de la exposición, son los bodegones y los retratos de las gitanas de él y de su amigo Iturrino. Son obras muy interesantes por su enorme parecido, ya que los dos amigos realizaron estas obras en el mismo taller y uno situado junto al otro, hasta incluso se puede decir que usaron los mismos pinceles y colores. De éste hecho nos informa las cartas mencionadas anteriormente. Los dos bodegones pintados en Sevilla y “la Joaquina”, son las tres obras que el artista pintó en España.
También  es importante hablar de sus Odaliscas, principalmente las que están realizadas  con litografía, ya que son figuras con volumen y con un estudio de la composición indiscutible. Por supuesto, hay que nombrar al carboncillo de “la danza”, porque no podría pasar por alto el boceto de una obra de tal calibre.
Y para terminar este comentario, he de destacar la que para mí, sin duda alguna, ha sido la obra más impactante, se trata de “la marroquí”, puesto que a pesar de su aspecto inacabado, no debe dejar a ningún espectador indiferente. Se trata de un retrato en tonos grises, blancos y negros, realizado con las pinceladas expresivas tan características del artista.

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